viernes, 3 de mayo de 2019

Como dejar que la naturaleza recupere su estado salvaje

Un equipo internacional de científicos con participación española ha presentado un nuevo método para afrontar la restauración de los ecosistemas dañados. A través del ‘rewilding’, proponen dar paso a la renaturalización del ecosistema en su conjunto. Según los autores, este nuevo enfoque permite que el hábitat natural se desarrolle de manera casi autosuficiente.
El éxito de un proyecto de restauración natural no depende solo de la reintroducción de especies, sino que se alcanza cuando el ecosistema consigue regenerarse y sostenerse. Este es el planeamiento central de una propuesta que se publica esta semana en Science.
Los investigadores proponen un cambio de paradigma para dejar que la naturaleza se cuide a sí misma
Este cambio de paradigma pretende “dejar que la naturaleza se cuide a sí misma, permitiendo que los procesos naturales reparen y restauren los paisajes degradados”, según describe en su página web Rewilding Europe, una iniciativa que opera en primera línea a escala europea está trabajando en espacios como como el delta del Danubio (Rumanía). 
Según comenta a Sinc el español Néstor Fernández, investigador de la MLU y el iDiv y uno de los autores del artículo, el grupo está desarrollando proyectos como “un nuevo sistema para identificar zonas prioritarias para el ‘rewilding’ como base de información para las políticas europeas de conservación de la biodiversidad”.
Por su parte, José María Rey, investigador de la Universidad de Alcalá y otro de los autores, comenta a Sinc que “el concepto de rewilding nació hace ya unos años, pero su significado se ha ido ampliando y modelando”. El concepto partió de la idea del paradigma de las tres Cs: grandes áreas centrales, conectadas por corredores para permitir el movimiento de los carnívoros”, explica. 
La renaturalización incluye liberar a los ecosistemas de la presión humana para que tiendan a autorregularse y funcionen de manera natural
“El énfasis actual es considerar al ecosistema como un todo que es ayudado a recuperarse y mantenerse con poco esfuerzo adicional”, subraya Rey. En la misma línea, Fernández, destaca que su definición de renaturalización incluye “liberar a los ecosistemas de la presión humana para que tiendan a autorregularse y funcionen de manera natural”.
Ainara Cortés-Avizanda, también coautora del artículo e investigadora del IMDEA y la Estación Biológica de Doñana, añade que “debemos evitar quedarnos en una mera reserva o colección de especies, atadas a un área concreta y dependiente de nosotros. Hablo de una naturaleza que se recupera y recupera especies poco a poco, aunque estas no sean especies emblemáticas”, indica.

Más allá de la reintroducción de especies

La naturaleza se ha visto gravemente afectada por la construcción de ciudades y carreteras, además de otras infraestructuras. Se han destruido ecosistemas enteros, reduciendo así considerablemente la biodiversidad. “Como resultado, muchos ecosistemas ya no son capaces de realizar tareas importantes como la regulación de inundaciones”, comenta Pereira.
Por ello, durante varias décadas se han llevado a cabo proyectos con el objetivo de reconstruir los ecosistemas con métodos como el ‘rewilding’ o renaturalización de los espacios. “Otro ejemplo es el de la reforestación. Esta se centra en el ecosistema en su conjunto e intenta restaurar su funcionalidad para que se sostenga con poca o ninguna gestión humana”, señala Andrea Perino, autora principal de la publicación e investigadora de la MLU y el iDiv.
Perino y el resto de investigadores publicaron el pasado año un estudio sobre cómo medir el progreso del ‘rewilding’. Ahora, presentan un nuevo método para planificar y llevar a cabo estos proyectos de manera efectiva. “Nuestro enfoque para la renaturalización se basa en el manejo de tres ejes: perturbaciones, conectividad y redes tróficas”, resume Rey a Sinc. 
En la propuesta, los investigadores presentan un plan de acción para desarrollar proyectos de recuperación de la vida silvestre. Sobre todo, intentan dejar una cosa clara: no existe un ecosistema ideal que pueda crearse a través de medidas específicas. “Aunque haya que tomar alguna medida, debemos tratar de intervenir lo mínimo a largo plazo”, matiza Cortés-Avizanda.
Estos proyectos siempre deben involucrar a la población local o no tendrán éxito, según los autores
Para los autores, lo más importante es analizar el ecosistema en su conjunto, examinar sus funciones, distinguir las perturbaciones en el sistema y derivar una serie de medidas para restaurar los procesos que han sido interrumpidos. 
Además, sostienen que es fundamental tener en cuenta las posibilidades geográficas y sociales.“Estos proyectos siempre deben involucrar a la población local”, señala Perino. “De lo contrario, no tendrán éxito. Siempre hay que llegar a un compromiso entre lo que es teóricamente posible y lo que es realmente viable. Los ecosistemas son dinámicos y, por lo tanto, las medidas también deben serlo”. 
Imagen obtenida de:https://conceptodefinicion.de/naturaleza/

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